Parroquia de San Pedro de Masnou
Por su interes reproducimos a continuación una carta del autor, Don Rafael Rosés Rivadavia, redactada con motivo de la restauración del baptisterio de "Sant Pere" de Masnou en 2010, donde de su propia mano deja constancia, tanto de los trabajos acometidos como de las emociones suscitadas por tal labor.
! Quién me iba a decir que después de 50 años volvería a pintar el Baptisterio de la iglesia de San Pedro de El Masnou!
Todo empezó el año 1958 con Mosén Sabater, cuando nos propuso pintar un complejo trabajo bajo la simbología del bautismo. Con su asesoramiento y total complicidad surgió toda una narración bíblica. Recuerdo que fue un gran proyecto pintado a la encáustica con mucho empuje, muchas horas de dedicación y mucha ilusión. Al cabo de 50 años, Mosén Felipe nos propuso volver a subir a los andamios y volver a una época pictórica y unas vivencias casi olvidadas con la restauración del Baptisterio, lo cogí con la misma ilusión y dedicación que en el año 1958. A pesar de que esta vez no me ha pesado el trabajo sino los años.
Ha sido un trabajo casi milagroso donde, la intervención y la colaboración de mi mujer, mi hija y mi nieta formando un equipo familiar ha sido un apoyo muy importante.
El agua es el símbolo de la pureza y de la vida, todo el baptisterio gira alrededor de esta idea. Si hacemos un recorrido visual, en primer lugar entramos por las catacumbas cristianas con símbolos y citas en latín que identificaban a los primeros cristianos, en el techo abovedado está representado el año litúrgico con las cuatro estaciones.
Seguimos caminando y encontramos en el suelo un precioso mosaico con la representación de un barco con las velas a todo viento y los peces como símbolos cristianos que nos invitan a entrar en el baptisterio.
Un espacio magnífico se abre a nuestro alrededor con una serie de representaciones pictóricas bajo el significado del bautismo. Levantamos la vista y encontramos una pequeña cúpula la más alta del baptisterio y en ella pintada la Santísima Trinidad. Abajo una gran cúpula presenta cuatro ángeles, representando: la templanza, la prudencia, la fortaleza y la justicia. Bajamos la vista y vemos las cuatro pechinas con los cuatro evangelistas. Abajo una gran pintura mural nos presenta el pecado original y detrás otra gran pintura mural representa el bautismo de Jesús por San Juan Bautista.
Siguiendo el recorrido visual, otra gran cúpula con cuatro ángeles llevan los atributos del bautismo: la sal, los aceites, la túnica y el cirio que representa la luz. Debajo de esta gran cúpula un gran mural con dos ciervos que simbolizan la paz, beben agua de Cristo que mana de la cruz. El agua da vida, dos árboles lo representan, uno frondoso y otro seco y muerto. Dos murales a la izquierda y a la derecha, uno con el diluvio universal el arca de Noé y en el otro mural la Inmaculada con el lirio completan toda la lectura visual del baptisterio.
La magnífica vidriera de seis metros cuadrados, representa las virtudes teologales: la fe, la esperanza y la caridad, en la parte superior están representados los dones del Espíritu Santo.
Rafael Rosés